domingo, 3 de agosto de 2014

La escalera de Jacob

Comenzó por el error, clarividente descuido.
Paso a paso fue bordando el engaño,
hasta creerse del todo
un perfecto fingimiento.



*La escalera no es un mito, sino una metáfora*
*El lugar en el que Jacob se encuentra es el sueño, es el inconsciente, es el lapsus, es el error, es lo inaprensible del efímero momento, al que cómo se ha de retornar. Es el sueño la casa de Dios y la puerta de los cielos. El error de Jacob desplaza el significado (por metonimia) hacia la piedra, la tierra, tal vez el cuerpo; pues no se concibe el sueño como espacio o lugar. Y a partir de ahí, la palabra, llevándonos hasta la sangre en estos días*
*Son las palabras, significantes, los ángeles de Dios que suben y bajan por el relato, por el comentario, por la deconstrucción, generando no una sino innumerables tierras prometidas. Es el texto bordado la tierra, la escalera, el sueño*
***Mito terrible para estos días de terror***

2 comentarios:

  1. Sólo el brillo en el extremo último de la mirada de un niño roto, la mirada que veo asépticamente en la pantalla, sólo ese gesto que el mundo construye al azar, sólo él se zafa de ser palabra y se constituye en significado puro que nos destroza y no podemos nombrar.

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    1. ¿Significado puro? ¿Azar? Y es así como brota un nuevo y terrible relato. El relato del dolor o el relato de lo innombrable, ambos abandonados por el relato mismo, en pro de una imposible continuidad del error.

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