lunes, 20 de octubre de 2014

Instantáneas de amor

El amor nos permite conocer el tiempo.
El no saber de amor condena al sujeto
a la eternidad, que es una prisión.

Experimento 1: Pongamos a Narciso delante de su prisión. Con amor, Narciso convierte su eterna prisión en un río. Y se mueve hacia la muerte.

Experimento 2: Pongamos a Eco delante de su amor. Puro amor, su prisión desaparece. Puro instante del objeto amado. Efímero.

Experimento 3: Pongamos a Dafne en opuesto al amor. Se vuelve inmóvil madera por clemencia de su padre, un río. Eternamente recuerda a los que imperan: “eres mortal”.

Experimento 4: Pongamos a Apolo delante de su amor. Puro movimiento, su prisión al mínimo de un dardo, de un rayo de luz o de una herida de muerte. Apolo es un beso de veneno y de cura, y destello de la razón. El dios que persigue a la mujer y a la gran serpiente. Y el que desconcierta el saber con sus oráculos.

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