viernes, 18 de julio de 2014

La locura de Áyax

(Sobre Áyax de Sófocles)

Yo soy la prueba que vosotros habréis de superar.
Nacisteis, vivisteis, aprendisteis
para que yo, en el plazo previsto por los dioses,
sobreviva a la razón, la locura,
el cruento asesinato de los monstruos.
_

ÁYAX

He degollado el ganado de la ciudad.
Marquesinas, papeleras, fariseos escaparates.
He hecho ornato en los versos que otros escupieron.
He insultado al alcalde y he dicho cosas terribles de la mujer.
Con la sangre vertida de mis enemigos podría hacer, al menos, cinco ciencias.
He construido avenidas de dolor. He devorado belleza.
Y aún espero el castigo de los dioses.
_

La noche ha de llevarse tu historia y tus armas
al útero de la tierra. De lo contrario, darás alimento
a la civilización; ya sabes, la impiedad, el arte, la violencia,
eso que está tejido no con la fina labor del Destino,
sino con los ojos delirantes de Atenea.
_

No descuides el rito debido a los difuntos,
vaya a ser que tu vida sea ahora un sueño
que no has sabido olvidar.
_

SOL

Este es el plazo dado para sanar de mi locura:
olvidar que te necesito, pues está en mi condición
salir antes de tiempo.
_

¿Cómo puedes tener miedo de que la locura te vea?
_

No ejecutes en el rey tu venganza, sino en su pueblo.
Pero no dañes al pueblo, sino a su ganado.
Siempre que no pises el ganado, sino su sombra.
Y si la sombra cubriera tu pie, haz de tu pie el blanco de tus insultos.
Y si te sintieras insultado, herido por ti mismo,
da por bien ejecutada entonces tu venganza.
Transmite luego la noticia al rey,
al pueblo, al ganado, a su sombra, al pie
que ha de llevarte hasta el vacío lentamente.


(Versiones, junio de 2011 -hacia entradas anteriores-)

No hay comentarios:

Publicar un comentario