Con paciencia teje, sin saber funciona, y a veces la odia.
Respira y palpita: su respiración ocupa el paisaje,
de su pulso brotan y revolucionan los gritos, los pueblos.
Retoca al dictado de lo que acontece. Casi es un abrazo,
un gesto. Un instante tiembla entre sus dedos: sabe que su máquina
es un reflejo en un río.
Y pronto se apagará.
Mi memoria me dice (me fabrica, fabrica de mí) que este poema fue compuesto en torno a la imagen de The imitation game, película que proyectaban en salas por esas fechas en Córdoba.
Esta imagen me conmovió especialmente. |
Otra influencia latente pudiera ser la canción "Machine" de Regina Spector en su disco Far; cuya letra aún no me he molestado en entender del todo.
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